Imagínese un hombre que camina
sin cuidados por una ciudad cruda
como una forma nueva, como un canto
que surgiera sin voz entre otros hombres.
Ese hombre –está claro– podría ser un viejo,
un peregrino o un dios de otros lugares
que quizá tuvo el mando
y la vida de muchos en sus manos;
pero hoy, ese día, caminaría solo,
observando las gentes, los espacios,
descifrando los idiomas insólitos
con el paso solemne y la mirada firme
que guardan siempre quienes han reinado.
Pero quizá, tal vez –huelga decirlo–
pudo ser un ladrón
un hombre sin edad cuyo nombre es mudable
de manos finas y de piel morena;
alguien del sur, alguien de la pobreza.
Si se prefiere podría ser una niña
de ojos grandes, serenos como el paso
de aquel antiguo dios, como los dedos
de nuestro ajeno amigo de lo ajeno;
diremos que tenía el pelo oscuro,
no muy largo, y los pies delicados.
Cualquiera de ellos
cualquiera de estos tres y tantos otros
podría estar aquí: entre ellos
con prisa o con hastío
se suceden las vidas
desiguales, esquivas, impiadosas.
Para encontrar al héroe, de Juan José Álvarez Galán. Ediciones Vitruvio. Número 224 de la Colección Baños del Carmen.
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