V
Si cierras los ojos, el laberinto
De la existencia te absorbe, no puedes
Ver a nadie al otro lado del cristal
Del espejo donde ya no te reflejas.
Si cierras los ojos, la vida te lleva
A ciegas de la mano por calles
Sin árboles, plazoletas sin bancos,
Lugares que no están dentro
De tu corazón, sino afuera,
Siempre unos pasos por delante
De las posibilidades de tus pies
Para alcanzarlos, llegar a ellos;
O de tus manos extendidas
Para tocar en rededor
Cristal, mármoles, sedas; acaso
Simplemente la carne tibia
De otro ser humano como tú
Rozándose contigo. Si otro
Ser humano como tú camina
En dirección a ti, y oyes
El ligero ruido de sus pisadas,
Y te saluda diciendo tu nombre,
¿Qué harás sino ir hacia él,
Abrirle también tú los brazos?
Si cierras los ojos, nadie parece
Estar contigo, nada vivir
Donde tú vives: sólo una extraña
Oscuridad en torno tuyo. Entonces,
Descubres las cosas tocando
En sus aristas con la yema
De los dedos o rozando apenas
Los poros a donde asoma
Una gota de vapor minúscula,
Y la vida se vuelve de repente
Algo táctil y frágil, tan quebradiza
Como las alas de una mariposa
Atrapada por una ráfaga de viento.
El tipo del espejo, de Manuel Lacarta. Ediciones Vitruvio, número 219 de la Colección Baños del Carmen.
Maravillosa presentación y gran libro.