Ha salido ya a la venta el libro, 24 poemas, de Pere Gimferrer, se trata de una cuidada selección realizada por Ana María Moix de los tres primeros libros de Gimferrer, Arde el mar, La muerte en Beverly Hills y Extraña fruta.
Pequeño y triste petirrojo
Oscar Wilde llevaba
una gardenia en el pico.
Color gris, color malva en las piedras y el rostro,
más azul pedernal en los ojos, más hiedra
en las uñas patricias, ebonita en las ingles de los faunos.
No salgáis al jardín: llueve, y las patas
de los leones arañan la tela metálica del zoo.
Isabel murió, y estaba pálida,
una noche como ésta.
Hay orden de llorar sobre el bramido estéril de los acantilados.
Un violín dormirá? Unas camelias?
Y aquel pijama rosa en pie bajo la lluvia.
de Arde el mar
II
Debo de parecer un loco batiendo palmas solo
y cantando en alta voz en este cuarto de hotel.
Con un seco frenazo se ha detenido un coche fundido
en luz y resplendor de plata.
¡Sonrisas de Jean Harlow! El bungalow al alba y el mar centelleante.
Música por toda la olvidada estación del deseo.
Palmeras, giratoria luminosidad de la playa encendiéndose
sólo para estos ojos tras un cristal ahumado.
¡No me mires más, Némesis!
Ya conozco tus uñas pintadas de rojo, el óvalo
hechicero de tu cara, tu sonrisa pastosa y húmeda de nymphette,
estos vestidos negros, estas mallas, tus guantes hasta el codo, el encaje en los pechos,
esta espalda que vibra y palpita como una columna de mercurio.
Cuando amanezca me encontrarán muerto y llamarán a Charlie Chan.
El infierno y el paraíso están aquí. Descorro las cortinas, rasgo con mano temblorosa
su estampado de flores y pelícanos.
Tu cuerpo como un saurio luminoso y dorado en la bañera. Tus ojos me sonríen.
Mi alma es un muchacho que no se cansa de mirar los muelles.
El agua sordamente golpea el malecón. Oscura noche de motores y bajíos.
Un extranjero muerto en la terraza de un bar ante un vaso ambarino de kirsch.
Flores rojas y azules en su camisa de verano.
de La muerte en Beverly Hills
Arde el mar
Oh ser un capitán de quince años
viejo lobo marino las velas desplegadas
las sirenas de los puertos y el hollín y el silencio en las barcazas
las pipas humeantes de los armadores pintados al óleo
las huelgas de los cargadores las grúas paradas ante el cielo de zinc
los tiroteos nocturnos en la dársena fogonazos un cuerpo en las aguas con sordo estampido
el humo en los cafetines
Dick Tracy los cristales empañados la música zíngara
los relatos de pulpos serpientes y ballenas
de oro enterrado y de filibusteros
Un mascarón de proa el viejo dios Neptuno
Una dama en las Antillas ríe y agita el abanico de nácar bajo los cocoteros
de Extraña fruta
24 poemas, de Pere Gimferrer. Ediciones Vitruvio. Número 190 de la Colección Baños del Carmen
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